Nos alojaron en la habitación 611, la cual tiene un ruido horrible, que se transmite a través de la pared. Ni los tapones funcionaban. Parece una vibración procedente de equipos de a/c o refrigeradores. El personal no quiso decirnos a qué se debía, y aseguró que solo algunos clientes se habían quejado ocasionalmente. Nos ofrecieron otra habitación libre en la misma planta, con un ruido similar. Finalmente nos reubicaron a medianoche en la planta baja, y allí no hubo mayores problemas.
La piscina del hotel es lo mejor de las instalaciones. Desayuno correcto. El resto sin más. Sin ascensor, eso sí, lo que resta puntos.