El hotel está bien emplazado, a pocas cuadras de la estación del shinkansen.
La habitación era cómoda, ideal para las personas que pasan todo el día recorriendo la ciudad o trabajando, y contaba con aire acondicionado, heladera pequeña, escritorio y televisión. El baño privado estaba en óptimas condiciones, con un set de bienvenida para el aseo personal.
El acceso a internet que ofrecen no posee contraseña, pero no es problema si no se necesita trabajar con datos sensibles.
El staff habla poco inglés.