El B&B está en una calle céntrica, muy próximo al teatro Massimo (se pude ver desde la puerta). En la misma calle hay varios restaurantes con lo cuál está muy concurrida, cosa que se agradece, ya que hay zonas de Catania un poco deserticas.
Sergio, a pesar de no hablar castellano, nos preguntaba y se hacía entender, mostrando interés para que nuestra estancia fuera agradable.
La habitación era muy amplia y el baño muy actual. El único inconveniente es que estaba en el último piso, con lo cual había que subir 4 pisos de escaleras, pero la ubicación del B&B y la habitación merece la pena.