El establecimiento está ubicado dentro de lo que parece ser un edificio de apartamentos, y ocupa toda la primera planta. Al principio puede ser un poco extraño, incluso debes sonar un timbre desde la puerta de acceso para que te abran y accedas al edificio.
No obstante el nivel de servicio es de lo mejor, los chicos de la recepción están disponibles las 24 horas y son súper amables desde que te reciben hasta el check-out.
Algo que notarás desde el principio es que las habitaciones no tienen números tradicionales, sino nombres de regiones de España. En la habitación tienen un frigobar y todos los días te dejan refrescos y agua de cortesía lo cual se agradece.
En cuanto a la ubicación, estarás a unos pasos de todo lo que ocurre en Madrid, en 5 minutos a pie estás en Plaza Mayor, en Gran Vía o en calle Preciados. A unos cuantos pasos encontrarás la Puerta del Sol y en ella la estación del metro Sol desde donde te puedes mover por todo Madrid y acceder a la red de cercanías. Si te agradan las visitas culturales en 15 minutos a pie, llegarás al museo del Prado.
He sido huésped de este hotel varias veces, y si debo señalar algo en contra sería que algunas habitaciones son un poco reducidas y te cuesta trabajo moverte en ellas, aunque por otra parte esto es normal en muchas partes de Europa.