Es fácil llegar a la marina, a pie y muy seguro caminar sobre la avenida principal.
Aunque se puede ver que es una instalación anticuada, han podido darle buen mantenimiento.
El agua de la alberca es templada y no es profunda.
Sobre el desayuno, fue buffet y estuvo rico. Durante mi estancia solo sirvieron 3 guisados aparte del café, jugo, leche, pan blanco, fruta y avena.
En cuestión de habitación; para mi gusto de la regadera, la fuerza con la que sale el agua puede llegar a lastimar, más si te asoleaste y llegas con la piel sensible. El aire acondicionado de la habitación, no permanecía en los grados que yo le colocaba, se volvía actualizar.
Si te molesta el ruido (por las noches) puedes solicitar habitación con vista hacia la alberca, ya que del otro lado puedes escuchar el sonido de los bares que se encuentran a un lado del hotel y cruzando. Yo tuve suerte y no tuve la necesidad de pedir un cambio