Cuando llegamos al hotel nos asignaron una habitación que ni siquiera estaba en el edificio y a la que se accedía por el garaje, cuándo le preguntamos al recepcionista si no había otra alternativa, al menos dentro del edificio, fue bastante antipático y se burló de nuestras objeciones. Cómo recepcionista de hotel que soy, el trato me pareció muy poco apropiado dadas las circunstancias y que nos estaba ofreciendo la peor habitación del hotel a sabiendas, en estos casos lo mejor es ir con humildad para no enfadar al huésped. Finalmente como la calefacción no funcionaba no tuvo más remedio que cambiarnos de habitación, a pesar de que 5 minutos antes el "hotel estaba lleno y no había nada más"...