No me gustó que el alojamiento no tuviera bar. No te puedes tomar ni una cerveza y patatas en la piscina. En el desayuno, el zumo no era natural, muy repetitivo El servicio pésimo, no quedaba leche y me sacaron una botella grande que tuve que abrir yo. Las mesas interiores, con manteles de plástico. Las exteriores de cerámica, pero en ningún caso ponían mantelillos individuales, ni de papel ni nada, todo clocado sobre el plástico.
La limpieza está bien, pero nos dejaban los pijamas, sobre las mesitas de noche hechos una bola. En fin, me ha parecido que no merece las estrellas que tiene