Pequeño hotel de muy buena atención, algo caro pero su ubicación, tranquilidad y atención hace que uno lo pague sin desagrado. La habitación confortable, buen aseo, tamaño adecuado para estar en pleno centro de París. Dos de tres conserjes hablan español, lo que nos acomodó bastante. Todos muy gentiles y prestos a colaborar. Deben mejorar el WiFi, ya que hoy uno utiliza FaceTime o Skype para comunicarse con la familia.