La situación del riad es inmejorable, en la Ancienne Ville al ladito de las murallas, en el barrio de Bab Doukkala. El barrio es muy agradable, y enseguida uno se siente integrado en la zona alrededor del hotel. El hotel esta bien decorado, es alegre, y tiene muy buen ambiente. El personal es encantador, se expresan perfectamente en francés e inglés y son muy amables. El riad esta súper limpio y nuestra habitación era muy bonita, en el primer piso con una ventana que daba al patio. El desayuno estupendo, con mucha variedad de todo y servido de 7 a 12 de la mañana! También nos han ayudado con las excursiones que hicimos que resultaron estupendas. Estamos deseando repetir...