Magnífico establecimiento cerca de St-Émilion y de los viñedos. Ayse, la manager, nos recibió fantásticamente bien. Es muy profesional, atenta, cercana y siempre con una sonrisa. El edificio, los jardines y el entorno son muy bonitos.. Es un lugar tranquilo con muy bonitas vistas al río Dordogne. La habitación muy cómoda. El desayuno rico, rico. ¡Nos encantó nuestra estancia allí! ¡Muchas gracias, Ayse!