Fenomenal estancia, en habitaciones bien cuidadas y con detalles como la iluminación tanto de la habitación como del cuarto de baño. El personal, amable y dispuesto. Céntrico, a tiro de piedra del Pompidou y el Ayuntamiento, y a cincuenta metros de una boca de metro. Si acaso, por decir algo, que las habitaciones eran poco espaciosas, pero a nosotros no nos importó.