El hotel está en pleno centro de Cangas. Es muy cálido (tuvimos calor). Nos hospedamos en una habitación doble, al llegar nos ofrecieron cambiar el tipo de cama, ya que al realizar la reserva sin querer pedí camas gemelas, en vez de una doble, lo cual fue genial. La recepcionista lo mejor: atenta, agradable, nos recomendaron sitios para visitar, cómo hacer la ruta del Cares, dónde desayunar, comer, cenar...
Respecto al baño de nuestra habitación, al llegar observamos que:
- La mampara de la ducha no cerraba bien por abajo, con lo cual filtraba agua para fuera. Nos teníamos pegar a la pared para no mojar el suelo.
- El grifo de la ducha donde se hace el cambio de la alcachofa de mano y la de techo pierde un chorro de agua.
- El agua tarda mucho en calentarse. (Queja general)
- Toalleros oxidados.
- Lo peor: cuando llegamos el primer día observamos que al lavamanos le faltaba el embellecedor del desagüe (si realmente el desagüe es así, estéticamente y por temas de pelos enredados de anteriores clientes... es horrible). El lavamanos se estancaba y era imposible asearse (tenías que cerrar el grifo durante 3/4 minutos por cada minuto abierto para que el agua bajase, una marranada porque subía de todo por ahí).
Resaltar que le comentamos a la recepcionista el tema del grifo el 2° día, cuando volvimos esa noche el agua ya bajaba mejor (eso sí, le hecharon un líquido y poco más, no abrimos el grifo del todo por si acaso). La ducha seguía perdiendo y el agua sí que calentaba mejor.