Si cobras más de 600 euros por noche todo debe ser impecable, y este hotel dista mucho de eso. Apuraron al máximo el acceso a la habitación pese a que personalmente vi como la que nos asignaron estaba lista dos horas antes de que nos lo permitieran. No cambiaban las copas usadas en la habitación el día anterior, ni las limpiaban siquiera. Las medidas anti covid eran prácticamente nulas: no controlaban el uso de mascarillas en el interior y las hamacas estaban amontonadas, sin respetar ninguna distancia. En cuanto el acceso a la zona de baño, fomentan que la gente ocupe hamacas a primera hora (poniendo toallas o libros en varias a la vez para reservárselas), aunque no las use, y hace imposible una utilización equilibrada… El desayuno está bien, pero es un buffet absolutamente descontrolado, donde todo el mundo campa a sus anchas. Las camas, cómodas, pese a que el hotel es bastante feo.
En fin, nada, pero nada, recomendable.