Es un hotel clásico que ha sabido adaptarse al desarrollo y crecimiento del Santuario de Fátima (principal atracción de la localidad) y que reformado por dentro, ofrece todas las comodidades y facilidades de accesibilidad para el recién llegado.
El personal es superatento, las calidades muy altas, y el servicio muy amable y discreto.
El desayuno buffet es magnífico. Y el restaurante ofrece comidas y cenas que sin disponer de menú del día, sus precios son asequibles.
Está muy bien situado si queires hacer una estancia de varios días, y establecer este lugar como asentamiento base y visitar otras ciudades de los alrededores (Tomar, Batalha, Leiría, Óvidos, Alcobaça...)
Los espacios comunes y las habitaciónes son amplias; cómodísimas si viajas con mayores de movilidad dificultosa o reducida.
El baño tiene muchas comodidades, (incluso un hilo extensible con funciones de tendal para prendas delicadas) , todas las habitaciones son amplias, y de fácil acomodo