Muy bien ubicado, limpio, se disfruta el café en la terraza del cuarto piso, los recepcionistas - especialmente Belén - muy asertiva y siempre nos ayudó con el mapa.
A la policía le pediría mayor vigilancia en las calles, ya que una mujer puso un mapa sobre mi mochila y me la abrió, robándome un estuche con cepillo y pasta de dientes, le tomé fotos a ella y su acompañante. Esto ocurrió al lado del monumento a Curro Romero y me amargó un día.