El hotel está bien situado,las habitaciones están limpias y la cama es cómoda, cosa importante después de llegar cansado de caminar para ver la ciudad. En la recepción hablan varios idiomas, lo que facilita mucho las cosas, sobre todo Ramón,con el que te asesora sobre lo que ver por París, una persona encantadora. La único inconveniente fue que no tienen en ninguna parte de sus instalaciones aire acondicionado, y con la ola de calor a más de 40º de temperatura, no se podía ni dormir. Así que tenedlo en cuenta en que época del año viajáis.