El hotel es excelente, retirado, en un lugar con una vista espectacular de la campiña de la Toscana. Esta rodeado de viñateros y productores locales de aceite de oliva y vinos, lugares que tambien vale la pena visitar. El servicio del hotel es excelente tambien, con una bodega propia donde se puede degustar vinos de todo tipo en copas, acompañado de algunas entradas a modo de aperitivo. El personal habla Italiano e Ingles como segunda lengua, sin embargo, ninguno habla español. El servicio de Internet es gratuito (no muy común en otras ciudades de la zona) y de alta velocidad. Las habitaciones son amplias, baño muy amplio y cómodo. Recomiendo este hotel para aquellas personas que deseen un lugar tranquilo, con buena atención y con fácil acceso a ciudades como Florencia, Siena, Arezzo, San Giminiano, etc.