El único detalle no tan bueno de la estancia fue el colchón, demasiado blando y cada vez que mi esposo se movía, me movía a mí también y viceversa lo que hizo que no fuera tan confortable el sueño.
Por lo demás el hotel es perfecto, las instalaciones, el desayuno, el tea service en las tardes, la calidad de los alimentos, la atención de los anfitriones, el ambiente tranquilo y pacífico. Es como hospedarse en una casa de muñecas.