Es una pena (porque las instalaciones y la atención son muy buenas), pero han convertido el hotel en una verbena continua. Buena parte de la tarde no se puede utilizar la piscina porque hay actividades para niños; tampoco puedes estar fuera relajado, leyendo o escuchando tu propia música con auriculares porque la megafonía está a todo volumen.
Por la noche, la situación es similar: resulta imposible mantener una conversación si cenas en el bar del hotel o si quieres tomar algo en la terraza, hay karaokes, bailes, música a todo volumen…
Me he alojado varios años en el hotel y es el primer verano que sucede. Antes, las actividades infantiles resultaban menos “invasivas”. Es recomendable si vas con niños, pero no un viaje para parejas o para desconectar unos días