El hotel estuvo muy bueno para nuestro propósito que era conocer Roma en tres días. Aunque quedaba un poco alejado del centro, estaba muy bien comunicado, pues tenía una parada de autobuses prácticamente al frente de la entrada y una estación de metro a 10 minutos a pie por un trayecto fácil de seguir.
La zona era muy agradable y tranquila. Cerca a la intersección de dos avenidas (xxi de aprile y Nomentana) y de la plaza Boloña, lo cual la hacia fácilmente ubicable. También permitía encontrar servicios al rededor.
Las habitaciones no eran muy grandes, pero el hotel era limpio y completo. El desayuno buffet era típico italiano, con surtido de bollería, algún embutido y bebidas calientes; nada del otro mundo, pero suficiente.
En la recepción fueron muy amables siempre, incluso nos dieron la habitación antes de hora el día que llegamos y nos invitaron a relajarnos en el lobby mientras estaba lista. También estaban dispuestos a atender cualquier pregunta.