El resort es muy bonito, disfrutamos mucho las diversas albercas, la fogata nocturna, el entorno de bosque. Las albercas a distintas temperaturas, una tibia con toboganes, una caliente (literal) y el lazy river, que es frio, pero muy ad hoc.
Hay partes del hotel que no están en uso al parecer por efecto de la pandemia pero en términos generales lo han mantenido todo bastante bien.
Lo único que les hace falta es tener cerca del lobby un "cafecito" atractivo, que continuamente ofrezca algún postre, algo grab n' go (de mayor calidad que unos "chips"), distintos cafés y otras bebidas, en vez de un rincón un tanto descuidado llamado "taverna de Santa" que me parece fuera de contexto en un hotel familiar