El hotel es muy bonito, nuevo y con unas vistas a la catedral y al alcazar espectaculares.
El personal de recepción muy amable y nos ayudó en todo.
La parte negativa:
El hotel no tiene parking, esta en una zona de dificil aparcamiento y es zona azul. Hay un parking público y caro relativamente cerca.
El hotel no tiene restaurante, no sirve comida.
El hotel no tiene cafetería, por la tarde a las 19:30 abren un pequeño local en la terraza superior, junto a la piscina para tomar algo hasta las 23h.
Las habitaciones no tienen nevera, por lo que no hay posibilidad de conservar bebidas frias.
Por ser el primer Sherry hotel, no se nota, la bodega Gonzalez Biass está a tocar, pero el hotel no ofrece nada relacionado con la bodega, ni una visita a precio reducido, ni un Tio Pepe de bienvenida ni nada.
Esperabamos un ambiente más para sherrylovers.
Algo decepcionados.