La señora Norma, recepcionista del lugar, es una mujer muy grosera y discriminante, puesto que mis hijos se hospedaron anoche y ella solicitó su estatus migratorio, no quería aceptar su pasaporte como documento de identidad, quería cobrar más dinero que el ya pago por la app, no es para nada amable y utiliza un vocabulario muy grotesco, no es eficiente y tuve que llamar a expedía para que me ayudaran con el ingreso a la habitación a pesar de la hora, cero empatía por parte de la señora Norma, siendo ella también migrante por su acento mexicano, creo que es un servicio que se paga muy bien como para recibir malos tratos de quien como de la mano del turista.