Elegí la opción de abonar la factura en el establecimiento; no obstante,
varios días antes de la fecha de entrada comienzo a recibir correos con la
pretensión de que ingrese ya el total de la cuenta, pero decidí optar por
lo contratado (pagar en el alojamiento).
Cuando llegué al hotel compruebo que se requiere una clave para acceder al
interior por lo que me fue imposible entrar, ya que nadie me la había
facilitado. Llamo, con reiteración al número de teléfono que figura en la
puerta, pero nadie me responde. Realizo una transferencia
por el total de la factura con el propósito de que me envíen la clave de
entrada pero ésta no llega.
Recupero los correos recibidos y veo que hay un hotel de la misma cadena en
la rua da Madeira, por lo que voy hasta allí donde una recepcionista me
proporciona la clave con la que pude llegar a la estancia.
Cuando pensaba que podía ya disfrutar de unos días de vacaciones sin
preocuparme más del hotel, ocurre lo peor: Al día siguiente, es decir, el
13 de abril, cuando me disponía a descansar después de un día recorriendo
la ciudad y abro la puerta de la habitación veo, con sorpresa, que la cama
está sin hacer, las toallas sin cambiar y que nadie la ha limpiado. Vuelvo
a llamar al teléfono de la cadena y tras muchos intentos me responde un
señor que me pide disculpas y que no volverán a cometer el mismo error.
El segundo día volvió a ocurrir lo mismo, entonces intenté poner una reclamación pero sólo la aceptan por mail. No merece la pena.