10/10
En un sitio bonito al lado de la playa. Es una auténtica maravilla. El desayuno riquísimo con tortilla francesa hecha a petición con tomates de la huerta, panes tostadas y zumo de naranja fresca y excelente (no el tipico zumo ácido de los grandes hoteles). El dueño Gerardo súper majo. Y la señora que nos ha preparado el desayuno, el checkin y checkout, las habitaciones, muy amable y sería con su trabajo. La posada tiene su propio parking pero en temporada baja se puede aparcar en todas partes. En verano el parking propio obviamente es de gran ayuda! Un fin de semana perfecto y para repetir.




Rene
Viaje de 2 noches en familia