Buena opción en calidad - precio, nada fácil en Viena. El hotel está muy bien comunicado con el centro de la ciudad en metro, en menos de 15 min estás en el Palacio de la Ópera.
Personal: El personal de recepción fue muy amable.
Habitaciones: Algo pequeñas, pero bien equipadas. La insonorización es buena, y menos mal porque la vía del tren pasa justo al lado.
Desayuno: No mucha variedad, pero tienes lo necesario.
En definitiva, una muy buena opción para tener una habitación más asequible que quedarte en pleno centro y sin que lo notes por desplazamientos. Además, el transporte público en Viena es excelente por lo que merece la pena.