El personal muy amable (cuando hay alguien en recepción, porque comparten personal con el hotel de al lado, y como que le dan prioridad al otro hotel).
El desayuno muy rico, ambiente perfecto para descansar. Mucho ruido en la madrugada, porque todas las habitaciones dan a un callejón y cuando pasan a recoger la basura hacen mucho ruido, pero en el hotel te dan tapones.
El metro no está tan cerca, pero todo se puede conocer caminando.
Sí volvería a hospedarme aquí.