Nos ha gustado la comodidad de todas las instalaciones, el desayuno abundante, variado y de calidad. La atención y amabilidad de todo su personal, el restaurante DUX, donde degustamos una estupenda cena alemana. Una mención especial para Manuel, el chico español que nos atendió al llegar. Había perdido toda mi documentación y se encargó de ayudarnos en lo posible. Incluso llamando a la policía alemana para asegurarse de que podríamos volar de regreso a casa.
El hotel está a 20 minutos andando hasta el centro, pero hay un tranvía justo enfrente.