La verdad es que la primera impresión fue negativa porque la estructura del hotel es muy extraña. Al entrar en el ascensor solo hay un nivel, correspondiente al nivel 7. En ese nivel las habitaciones están numerada del 400 en adelante, del 600, ausente el 500, del 700, atravesando un laberinto de pasillos. Al final de un pasillo existe un montacargas para acceder al nivel 9. Inicialmente nos adjudicadaron la habitación 920. Pedimos nos cambiarán a otro nivel y afortunadamente nos quedamos en el nivel 7, habitación 722.
Después de esa impresión negativa luego todo fue muy bien, con la única pega de la pequeña nevera que no funcionaba.
La red wifi muy bien, el desayuno buffet excelente, la habitación amplia igual como el baño, plancha, secador, hervidor de agua con infusiones, la atención perfecta, nos imprimieron el boarding pass de regreso. El hotel está en una zona ideal, cerca de la estación y de la zona comercial.
Estocolmo es una ciudad pequeña que puedes recorrer a pie.
En general el viaje, junto con la buena climatología y el hotel, todo perfecto.
Eso sí es muy caro comer.